La personalidad jurídica es un concepto fundamental en el ámbito del derecho. Se refiere al reconocimiento legal de la capacidad de una entidad para tener derechos y obligaciones dentro del ordenamiento jurídico. Las entidades que poseen personalidad jurídica se consideran sujetos jurídicos, lo que significa que pueden emprender acciones legales, celebrar contratos, poseer bienes y rendir cuentas de sus acciones ante la ley.
Sin precedentes en Francia, las Islas de la Lealtad han otorgado personalidad jurídica a las tortugas y a los tiburones. Esta decisión se tomó para salvaguardar la biodiversidad, que está en gradual declive.
Víctor David, abogado e investigador en derecho ambiental del Instituto de Investigación y Desarrollo, indica que “esta decisión coloca a este archipiélago en la historia del derecho ambiental”. Es completamente reciente que las especies, en toda su diversidad, sean consideradas sujetos de derechos.
La provincia de Islas de la Lealtad, desde 2016, reconoció diversos derechos a la naturaleza en su Código Ambiental. Entre estos derechos se encuentra el “principio unitario de la vida”.
El Código Ambiental de la provincia de las Islas de la Lealtad fue adoptado tras la deliberación nº 2016-13/API del 6 de abril de 2016. El artículo 110-3 del mencionado Código establece que:
“El principio unitario de la vida, que significa que el hombre pertenece al medio natural que lo rodea y concibe su identidad en los elementos de ese medio natural, constituye el principio fundador de la sociedad canaca. Para tener en cuenta esta concepción de la vida y de la organización social canaca, ciertos elementos de la Naturaleza pueden ser reconocidos como personalidad jurídica dotada de derechos que les son propios, con sujeción a las disposiciones legislativas y reglamentarias vigentes”.
En efecto, el problema radica en que este derecho, si bien brinda protección a determinadas especies, sin embargo es ciertamente insuficiente, por dos razones: la primera es que no es aplicable, y la segunda, que las autoridades tienen la posibilidad de reconsiderar sus decisiones. A pesar de que los tiburones toro están incluidos en la lista de especies protegidas, las autoridades públicas han ordenado su sacrificio debido al aumento de los ataques frente a las costas de Numea, una región considerada muy turística. Por tanto, la protección del animal será limitada, desprovista de todo significado y valor, si este último invade el territorio ocupado por las personas y les causa peligro.
Marine Yzquierdo, abogada del Colegio de Abogados de París y especialista en derecho de la energía y del medioambiente, confirma que: “En nuestro derecho, el hombre y sus intereses se sitúan a menudo en el centro, considerando la naturaleza sólo por su valor de mercado. Pero cuando decidimos otorgar derechos a una entidad natural, ya no subordinamos su defensa a los intereses humanos”. Según esta abogado, lo principal no es sustituir el derecho ambiental por los derechos de la naturaleza, sino complementar este último para crear un equilibrio entre los intereses humanos y los intereses no humanos. En consecuencia, corresponde a la justicia arbitrar entre los intereses de cada uno.