El 06 de julio de 2023, la Autoridad de Resolución y Control Prudencial (ACPR) llevó a cabo su segundo ejercicio de prueba de estrés climático, esta vez considerando el sector asegurador.
La ACPR tiene una fuerte movilización del centro financiero para esta prueba de estrés y la participación es voluntaria. Le siguió al ejercicio piloto realizado en 2020 que reunió a 15 grupos aseguradores, que representan en torno al 75% del balance total de las aseguradoras.
“Las pruebas de estrés se han convertido en herramientas esenciales para las instituciones financieras, según el artículo 173 de la Ley de Transición Energética para el Crecimiento Verde, con el fin de medir los impactos del cambio climático en su modelo de negocio, su capacidad para absorber choques y así refinar su estrategia de gestión de riesgos climáticos, particularmente con miras a desarrollar sus planes de transición. “Este ejercicio no tendrá consecuencias sobre los requisitos de capital de las organizaciones participantes. dice Nathalie Aufauvre, Secretaria General de la ACPR.

Este segundo ejercicio de stress test climático propone cambios metodológicos fruto de las conversaciones con las aseguradoras durante el año 2022. Existe un horizonte de corto plazo (2027) que se suma al horizonte de largo plazo (2050) para examinar escenarios que combinan riesgo físico y riesgo de transición de forma coherente. El impacto de estos riesgos se mide sobre el activo, el pasivo, el balance de situación y, frente al escenario de corto plazo, la solvencia.
Los resultados se mostrarán en un informe público que se publicará en 2024, presentando los impactos en todo el mercado de los escenarios observados y continuarán enriqueciendo la información entre las organizaciones a partir de entonces.
“Los cambios metodológicos pretenden fortalecer las dimensiones estratégica, metodológica y prudencial del ejercicio anterior para adaptarlo a condiciones climáticas cada vez más difíciles, a los desarrollos metodológicos recientes y a los desafíos específicos de las organizaciones de seguros, en particular en relación con su planificación estratégica”, indica Laurent Clerc, director de investigación y análisis de riesgos de la ACPR.
Desde un punto de vista estratégico, esta práctica busca fortalecer la capacidad de las entidades aseguradoras para anticiparse a las consecuencias del cambio climático y la transición ecológica en su ámbito de actuación, tanto a corto-medio como a largo plazo, y en consecuencia, adaptar sus estrategias.

El ejercicio tiene como objetivo explorar nuevas dimensiones de la evaluación de riesgos: a corto plazo, será posible analizar el impacto de hipótesis extremas pero admisibles -probablemente no identificables en el análisis de riesgos- sobre la siniestralidad, el resultado, así como la solvencia de las organizaciones. A largo plazo incluirá un análisis cuantitativo y cualitativo sobre el riesgo de no asegurabilidad y la prevención de las consecuencias del cambio climático.
Los escenarios de cambio climático y pérdidas climáticas consideran las proyecciones más recientes del IPCC y la NGFS, la red de supervisores y bancos centrales para la ecologización del sistema financiero.

La proyección a corto plazo es nueva en este ejercicio. Considera la hipótesis de daños climáticos excepcionales (suma de situaciones de sequía idénticas a las observadas en Francia en 2022, luego inundaciones que terminan en la falla de una presa (como fallas de diques en Alemania durante 2021) y deslizamientos de tierra italianos en mayo de 2023). Esta previsión conduce a un repentino ajuste de los mercados financieros, ligado a la anticipación de políticas de transición que ahora se consideran inevitables.

Dos escenarios de largo plazo, resultado del trabajo de la NGFS, registran los impactos económicos y financieros del circuito de transición, uno ordenado, el otro retrasado, con la meta de un calentamiento contenido por debajo de 2°C para 2050. Los impactos económicos afectan el balance de las aseguradoras y se combinan con una intensificación del riesgo físico que se materializa a través de fenómenos de desastres naturales (sequía, inundación, sumersión marina y ciclones), riesgos para la salud e impactos macroeconómicos y sectoriales. La ACPR ha privilegiado resúmenes que sean comparables en su punto de llegada a la temperatura objetivo y por tanto en su nivel de riesgo físico, pero que se diferencien en la temporalidad de la transición, lo que permite medir el precio a pagar por la inacción.
A este ejercicio le seguirá un nuevo ejercicio climático europeo, la Comisión Europea ha encargado a las tres agencias supervisoras europeas que realicen una prueba de resistencia en 2024: su objetivo es evaluar la resistencia financiera a medio plazo, en relación con el riesgo de transición que implica el paquete “fit-for-55”.



Fuente: www.actu-juridique.fr/breves/assurances/lacpr-lance-son-second-exercice-de-stress-test-climatique Constance Bonnier, 13 julio 2023
y
Comunicado de prensa ACPR, 06 julio 2023, segundo ejercicio de prueba de estrés climático