Entrevista realizada por Marie Depay a Mireille Klein, jurista, referente medioambiental, para la redacción de Village de la Justice

La situación de crisis climática y energética que estamos viviendo hoy en día se está acelerando profundamente. El derecho ambiental ha desarrollado una fuerte impronta desde la década de 1970, y el papel del jurista experto en la materia se está convirtiendo en una herramienta fundamental para las empresas. Ante la necesidad creada y urgente en nuestra sociedad industrial actual, ¿qué significa un jurista de empresa en derecho ambiental en el 2023? ¿Es una función que ha cambiado? ¿Cómo es percibido por las empresas?

La opinión de Mireille Klein, gestora jurídica, referente medioambiental del departamento jurídico de Village de la Justice y cuyo compromiso con el derecho medioambiental ha formado parte de su formación y trayectoria profesional desde sus inicios, explica:
“Es un resultado y una necesidad. Este derecho transversal es eminentemente técnico y actualmente está surgiendo por todos lados en textos, dedicados o no, así como a través de la jurisprudencia. Se destaca hoy, 30 años después de la aparición de los principales textos (ley de 1976 sobre protección de la naturaleza, ley de 1975 sobre residuos, ley de 1979 sobre instalaciones clasificadas, etc.). Los temas ambientales son, además, actualmente muy publicitados. Por lo tanto, es fundamental contar con información y análisis sobre este tema y anticipar adecuadamente los efectos de la normativa en esta materia para evitar cualquier incumplimiento y posibles procesos judiciales. Un jurista ambiental integrado en una empresa sabrá estimular -internamente- los reflejos correctos y sabrá educar para afianzar la actividad en este sentido”.

Respecto a la aportación de esta función a una empresa, qué significa para Mireille: “La actividad de cualquier empresa es susceptible de verse fuertemente afectada por normativas relacionadas con la preservación del medio ambiente o la salud humana. Se trata pues -a través de esta función- de permitir un seguimiento específico (y los textos son numerosos y muy difusos) así como una consideración óptima de las obligaciones legales ambientales, en un contexto en el que la eco-responsabilidad se ha convertido en una cuestión social, una necesidad jurídica y un herramienta de mejora de imagen y atractivo comercial. Ya sea por la consideración de las obligaciones en esta materia en los procesos operativos o por la gestión de cada vez más litigios en relación con las fuertes responsabilidades inducidas, estoy convencido de que la profesión de jurista ambiental es una de las nuevas profesiones emergentes del mismo modo que lo es el ecologista y que está llamado a ocupar… su verdadero lugar”.

Además de gerente legal, también es referente ambiental para su departamento legal. ¿En qué consiste (misiones, objetivos, etc.)?
“La dimensión ambiental ahora es parte de los elementos de proceso de las empresas. Como jurista de empresa, estoy llamada a brindar apoyo legal para todas las acciones de la empresa dentro de mi jurisdicción - todo el Nordeste - (en bienes raíces nuevos, esto equivale a apoyar al personal operativo desde la prospección y la compra de terrenos hasta litigios previos o posteriores a la entrega, incluyendo aseguramiento del montaje, negociaciones, control de actos de adquisición y venta, temas tributarios, etc.). La dimensión medioambiental es ahora una parte integral de los elementos del proceso empresarial. Si conocemos los textos, todavía necesitamos comprender su lógica y objetivos y, sobre todo, saber cómo aplicarlos y anticiparnos a sus requisitos. En el ámbito inmobiliario, no realizar un estudio de impacto cuando es necesario puede costar de 4 a 12 meses de retraso en el proceso de una operación, no anticipar una decisión bajo la ley de aguas puede requerir 9 meses adicionales, multas y/o se incurre en procesos judiciales en caso de mala gestión de residuos o suelos contaminados, la subestimación de las necesidades de financiación necesarias para la compatibilidad de suelos contaminados puede llevar a la no rentabilidad de una operación… Estos ejemplos ilustran claramente la utilidad de un jurista familiarizado con temas ambientales y capaz de asesorar y brindar apoyo operativo”.

¿Cómo, según Mireille, las funciones de gestor legal y referente ambiental se relacionan con la RSE?
“La RSE es obligatoria en todas las empresas desde 2019 y se ha convertido en una dimensión esencial a la hora de atraer accionistas, socios y clientes. Bancos, correos, alimentación, inmobiliaria… todos los sectores están implicados. La consideración optimizada de las obligaciones regulatorias en esta área permite, por lo tanto, a la empresa:
- Demostrar su buena actitud/buenas prácticas con respecto a las preocupaciones ambientales;
- Consolidar financieramente su posición;
- Cuidar su imagen y seducir a clientes o socios preocupados por desplegar acciones eco-responsables”.

Para ocupar ese cargo, ¿tienes que ser militante o incluso activista?
“Yo diría que hay que tener técnica, convicción y pasión. En efecto, este asunto es muy complejo y, hasta la fecha, la consideración del medio ambiente sigue apareciendo como un freno o una obligación relativa. No todos los operadores son plenamente conscientes aún de que olvidar esta dimensión puede tener importantes repercusiones en la marcha de una operación o en la imagen de la empresa. Es cierto que hicimos "sin" durante casi 30 años, desde la década de 1970 hasta 2020, año en el que, además de los episodios de Covid, se desarrollaron requisitos normativos y un año clave desde el que se han ralentizado y/o atacado muchas operaciones. Bajo este prisma y muchas veces severamente sancionado, por falta de suficiente reflexión sobre el tema. Por tanto, se trata de invertir tendencias y crear nuevos reflejos y conocemos la resistencia media al cambio… Hacer comprender con una sonrisa es, por tanto, vital y requiere perseverancia y persuasión”.

¿La formación en esta área es suficientemente conocida por los estudiantes de derecho?
"Tengo una Maestría en derecho general y un DESS (¡hoy diríamos M2!) en Derecho Ambiental obtenido en la Facultad de Derecho de Estrasburgo en 1989. A menudo se me ha considerado una precursora de estos recientemente, pero esta formación existe en Estrasburgo desde 1976…
La formación jurídica dedicada al medio ambiente todavía es escasa y desconocida hoy en día (mientras que la formación en ingeniería, por ejemplo, evolucionó muy rápidamente en esta dirección). Abarcan los diferentes campos del derecho (derecho civil, derecho europeo, derecho comparado, derecho penal ambiental, etc.), siendo esta materia eminente y necesariamente transversal. Ninguna formación jurídica hoy en día puede prescindir de tener en cuenta el ámbito normativo del medio ambiente...
… Muchas personas formadas en este derecho -ciertamente reciente en la escala de otros derechos- no han ejercido en su campo elegido, por falta de importancia dada a esta dimensión hasta hace poco tiempo. Sin embargo, tuve - por mi parte - la oportunidad de conseguir mi primer trabajo sobre la base misma de esta formación en 1990, entonces responsable de redactar un nuevo informe que presentaba el Plan de Ordenación del Territorio de Estrasburgo, este último procedente de ser anulado sobre la base de su insuficiencia en términos de tener en cuenta el medio ambiente. A mi modo de ver, ninguna formación jurídica actual puede prescindir de tener en cuenta el ámbito normativo del medio ambiente. Como docente, por supuesto, ya he introducido estos elementos en mis intervenciones. La consideración del medio ambiente se ha vuelto imprescindible en todas las empresas y en todas las actividades económicas y ya no puede ser ignorada en la formación relacionada con el urbanismo, la urbanización o la construcción”.

Fuente: www.village-justice.com